Los otros Athletic de Bilbao: equipos modestos y hazañas internacionales
La clasificación a la final de la Europa League del equipo de Bielsa trae al recuerdo otras enormes campañas de clubes que no siempre figuraron en la élite futbolística. Aquí un recuento
ENRIQUE VERA @kiquevera
Redacción online
Dinamarca, la ‘Dinamita Roja’. Los primeros días de junio de 1992 eran para el ‘Viejo Continente’ de algidez máxima. Una parte convulsionaba por fenómenos sociopolíticos y la otra se sacudía por el inicio de la Eurocopa. Alemania, entonces último monarca del orbe, y la Holanda de Van Basten eran los favoritos con Italia fuera de competencia. Desde afuera, también, los jugadores de Dinamarca se alistaban para ver el torneo por TV pero pronto fueron reclutados y enviados a Suecia, la sede, ante el retiro de Yugoslavia por la Guerra de los Balcanes y la oposición de las repúblicas que iban surgiendo. Es decir, el equipo del golero Schmeichel y del genial Brian Laudrup llegó como invitado y a fuerza entró en semifinales, tras vencer a Francia. Sacó del camino a la ‘Naranja mecánica’ en ruleta de penales y para la final se midió al conjunto teutónliderado por Jurgen Klinsmann. La ‘Dinamita Roja’ estalló entonces con un 2-0 a punta de espontaneidad y sencillez en el juego. Fue campeón de lo ilógico, de lo mágico.
Grecia, el ‘Olimpo del ratoneo’. La historia dirá que el culto al fútbol defensivo y sin riesgos también se gestó desde las ruinas de la Acrópolis. Si ahora se le endosa al Chelsea, por ejemplo, hace ocho años aquello del juego mezquino y cutre tuvo en Grecia a su máxima expresión. El equipo que liquidaba vía la recalcitrante estrategia del agrupamiento de zagueros y el ahogo de rivales muy superiores en lo técnico. Así inició la Eurocopa 2004, sin hacer más de lo debido fulminó al local, Portugal, 2-1, y empató con España. En segunda ronda, semifinales y final triplicó un 1-0 que agigantó su mito de muralla insondable y lo colocó del lado de sus dioses. Para el último partido de ese torneo, Grecia volvió a medirse ante los lusos. Fue la peor derrota moral para Figo, Deco y un Cristiano Ronaldo que todavía no era CR7.
Sampdoria, cerca del cielo. Hoy pelea en los lugares intermedios de la Serie B italiana, pero su legado futbolístico acuña líneas de grandeza…y desconsuelo. A inicios de los noventa alcanzó su palmarés en el Calcio y sacó boleto para la Copa de Europa (91-92), otrora versión de lo que ahora es la Champions League. De hecho, aquel que tuvo a la rutilante Sampdoria fue el último torneo de los mejores clubes de Europa que se realizó bajo su anterior denominación. Empezaron 32 equipos y no fue hasta las instancias finales que dejó de subestimarse a los italianos. Tramo por tramo, el cuadro de Lombardo, Vialli y unos jóvenes Mancini (hoy DT del Manchester City) y Pagliuca (sub campeón del mundo en EE.UU.1994) sorteó al Estrella Roja y Panathinaikos FC, por ejemplo, y se encontró en la definición por el título con el poderoso Barcelonaque dirigía Cruyff. Su resistencia se prolongó hasta el minuto 111 (suplementarios) de la final jugada en el estadio de Wembley. Ronald Koeman, de tiro libre, martilló en la ilusión genovesa y puso arriba del podio a los azulgranas.
Cienciano, la cumbre del ‘Papá’. Ahora que algunos podios del fútbol peruano fueron puestos en duda, bien vale recordar la campaña del ‘Rojo imperial’ en la Copa Sudamericana del 2003. Un equipo que hasta entonces, y ahora mismo, habitaba mitades de tabla y daba raros repuntes (2001, por ejemplo) a los puestos de vanguardia en el torneo peruano. El año de su coronación continental, el cuadro cusqueño no solo dejó atrás, en cancha, a ‘pintaditos’ como Santos o River Plate; en el camino quedaron 35 clubes con la estirpe de Cruzeiro, Flamengo, Corinthians, LDU y Boca Juniors que también animaron aquella justa en otros grupos. Pero en diciembre del 2003, cerquita de la Navidad, Cienciano rubricó en la UNSA de Arequipa no solo el título de una campaña contundente, sino el encumbramiento a los logros por motivación o el guapeo de camarín sobre los preceptos técnicos. Un año después, el ‘rojo’ se haría de la Recopa ante Boca Juniors, de la misma forma y con el mismo gestor:Freddy Ternero.
Once Caldas, campeón de América. La escuadra de Manizales cumplió para esa ciudad, y Colombia entero, un sueño parecido, salvando las distancias, a lo de Cienciano para Cusco y Perú. Irrumpió en la Copa Libertadores del 2004 con tácticas de contragolpe y certeros remates de larga distancia que congelaban a sus antagonistas. Hizo de su fortín, ‘Palo Grande’, un terreno inexpugnable y así trepó a la gloria. Antes de su choque final con el Boca Juniors de Burdisso,Carlos Tevez y Schiavi, el once cafetero que iniciaba con el pintoresco Henao en el marco, fue la ‘bestia negra’ de los brasileños Santos y Sao Paulo. Así en su mismo bastión alargó una tanda de penales frente a los xeneizes que al final lo llevó a la cumbre. La llama del éxtasis, sin embargo, se apagó cinco meses después. Luis Fernando Montoya, DT gestor de la hazaña, fue baleado por unos delincuentes y quedo cuadripléjico. En Manizales es un héroe, el mártir del sueño.
¿Qué otro equipo así recuerdas?
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