Las Primeras Gafas de Sol
8 noviembre, 2010 Por Iñaki
El primer utensilio que se acopla a los ojos para protegerlos de los rayos del sol se remonta a la prehistoria. Se hacían de madera, hueso o marfil y ni siquiera tenían cristales, pero aun así están consideradas las primeras gafas de sol que ha usado el hombre.
Sencillas y efectivas, su invención se debe al ingenio de un pueblo que sobrevive a uno de los climas más extremos del planeta: Los Esquimales.
Antes de empezar me gustaría aclarar que he usado el término esquimal para que pudiera ser rápidamente identificado por todo el mundo, pero en realidad, a la mayoría de ellos no les gusta que se les llame así por considerarlo un término despectivo. Y es que si nos atenemos al significado original de esquimal; Devoradores de Carne Cruda, podemos entender el porqué de este rechazo.
Ellos prefieren ser llamados Inuit, que significa “Pueblo” o Inut que sería el singular y que significa “Persona”. Dicho esto, pasamos a hablar de este curioso objeto nacido de un serio problema que afectaba a los Inuit con frecuencia: La Ceguera de las Nieves.
El clima Ártico es un entorno óptimo para sufrir este mal: Atmósfera clara, alto grado de radiación ultravioleta y gran poder reflectante de la nieve que facilita la llegada directa de los rayos del sol a los ojos.
Pero ya saben ustedes, la necesidad agudiza el ingenio y unos toscos anteojos sujetos con tiras de piel de ballena o tendones de animales y unas pequeñas hendiduras para los ojos que permitían ver pero que “filtraban” gran parte de la luminosidad ambiental, fueron suficientes para superar de un modo bastante eficiente un importante obstáculo de supervivencia.
Anteojos de marfil
Anteojos de cuerno de caribú.
Se han hallado algunas que tienen más de 2.000 años de antigüedad.
Actualmente, la mayoría de Inuit usan modernas gafas de nieve.
Pero aseguran que su antiguo modelo tiene algunas ventajas sobre las modernas. Por ejemplo las suyas, al no tener cristales, ni se empañan ni se congelan.
Modelo de gafas para la nieve que llevaron los exploradores europeos. La mayoría acabarían adoptando el modelo Inuit
Además, el principio de las gafas Inuit se enseña en cursos de supervivencia, pues si te vieras de pronto inmerso en un clima propenso a provocar ceguera de las nieves, no sería complicado fabricarse unas usando cartón , plástico o cualquier otro material.
Incluso la NASA ha estudiado estos anteojos Inuit y desarrollado fórmulas para saber cuantos milímetros de apertura para los ojos deben de tener teniendo en cuenta la luminosidad existente, la distancia, etc. Puedes verlo todo en este documento PDF de la NASA (en inglés)
tomado de historiasconhistoria.es
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